Estrategias de resistencia
Los pobladores de la cuenca han articulado varias estrategias de resistencia frente a la realización del megacolector, en San Pedro han formado un colectivo que les ha permitido realizar acciones y tener cierta visibilidad. Las autoridades ancestrales también han jugado un papel importante haciendo presión, declaraciones y acciones concretas. Por ejemplo, en el encuentro Xocomil científico. Con Atitlán en mente, organizado por la asociación Amigos del lago en 2017, las autoridades ancestrales de Santiago Atitlán, San Pedro la Laguna, San Juan la Laguna, Santa Lucía y Panajachel manifestaron su postura:
En el mismo foro tanto representantes de la UNESCO como del Gobierno de Guatemala dijeron que no se llevaría a cabo el proyecto si no cuenta con la aprobación de la población. Sin embargo, más adelante los mismos gobernadores han hecho referencia a la realización del megacolector en la cuenca del lago, lo cual genera descontento entre la población, en palabras de Don Salvador: “Entonces, no hay peor insulto que los mismos dirigentes de un pueblo le mienten al pueblo. Entonces, en conclusión, nosotros hemos dicho: los gobiernos actúan de mala fe, una cosa dicen, otra cosa hacen.” (Don Salvador, 2019)
Ante esta situación, diferentes sujetos de las comunidades se han organizado para la realización de pláticas, conferencias, talleres y campañas de difusión:
Como parte de esta estrategia de organización, realizaron la conferencia en la capital del país donde se habló de la inconformidad de los pobladores con el proyecto y se visualizaron las incoherencias entre el discurso oficialista que niega la existencia del proyecto y el discurso de asociaciones civiles como Amigos del lago, que defienden el proyecto.
Si bien la vía organizativa está prosperando, también se han emprendido otras estrategias de resistencia al megacolector, siendo una de las más fructíferas la búsqueda de espacios de incidencia desde las Autoridades ancestrales, otra ha sido la vía jurídica para ampararse contra el proyecto.
Uno de los temas más recurrentes es la percepción de que el gobierno les miente y les oculta información. En primer lugar, la existencia en sí mismo del proyecto, pues actores gubernamentales han negado que exista el megaproyecto, aunque los mismos actores luego lo promuevan en las comunidades. Esta falta de claridad y de información ha generado desconfianza entre la población.
De esta manera, la lucha ante el megacolector, en el cual están implicados el territorio, el agua y el sujeto mismo, es un gran objeto discursivo que está cruzado por diferentes tipos de discurso: histórico –ligado a la propia historia de vida y a la historia de la comunidad–, económico, sociocultural y un discurso político. Así se evidencia el carácter pluridimensional del objeto discursivo, el cual “… no se origina de la nada, sino que está profundamente predeterminado por las representaciones y las prácticas sociales.” (Haidar 2006: 317)